Estimado Renato:
Su artículo "No turfe tambem se escreve certo por linhas tortas" me ha sacado de mi lugar de ávido lector de su blog y me dio las ganas de comentarle al respecto. Si Green Gratto lo lleva al "propio inferno" vamos a tratar de rescatar de ese lugar a alguien que merece el Olimpo. Se trata de Don Carlos Reyles, un celebrado hombre de letras -autor entre otras obras de "El embrujo de Sevilla"- hacendado, de breve actuación política, fundador de la Federación Rural del Uruguay. Con cierto dolor advierto que en las numerosas biografías que sobre él he leído, no se hace mención a su enorme pasión por el turf, en todas sus manifestaciones. El maldito prejuicio sobre el turf, que viene de tan lejos y aún se mantiene en estos lares.
Como criador Carlos Reyles importó vientres europeos de real estirpe y con ellos logró trascender hasta nuestros días pero no sólo en Uruguay o en Argentina hacia donde terminó yendo el fruto de su gran esfuerzo, sino que esas líneas figuran prácticamente en el mundo. Hasta el lejano Japón inclusive. Descendientes de Yerba Amarga los hay ganando clásicos inclusive en Inglaterra. El nombre de Selva Negra lo encontraremos por línea materna directa en infinidad de ganadores clásicos. Un ejemplo de ello para ir a lo más reciente es Vale Dori, ganadora clásica en Argentina, Dubai y ahora USA.
Paréntesis: ¿Cuándo el elevage uruguayo recuperará el nivel de aquellos tiempos? Y como Ud. lo hace, cierro paréntesis.
Lo cierto es que Green Gratto es hijo de Here's Zealous -ganador clásico- que recluído en un haras que supongo pequeño y a un costo de U$S 1.000 el servicio, ha tenido un resultado mejor al esperado. Otro exponente de esa misma línea es Bradester, ganador de Grupo 1 y de casi U$S 1.200.000 y actualmente iniciándose como semental. ¿Será pura coincidencia?
Estos caballos descienden de yeguas que corrieron en Puerto Rico y no sé como llegaron a USA. En Puerto Rico les dio origen una tordilla Atenea, de campaña clásica en Uruguay, hija de Aurreko (poseedor del record de 3'03" para los 3.000 metros- y Catamarca, la cual es hermana materna de la considerada por la mayoría de los aficionados de la vieja guardia, mejor yegua uruguaya de todos los tiempos: Rendija. Esta yegua no solo tuvo espectaculares realizaciones en Maroñas sino que también viajó para vencer a las mejores yeguas de pistas argentinas. Y nos remontamos a una época de oro, en calidad, del turf argentino.
Rendija en plena campaña murió a causa de una terrible fractura -un hecho que merecería una historia aparte- pero una buena yegua llamada Catamarca justificó en la cría ser hermana materna de ella. Ambas son hijas de otra yegua propiedad de Carlos Reyles llamada Byrena.
Como Ud. lo ha escrito tantas veces, de algún lado suelen surgir cosas que a simple vista, son muy difíciles de explicar. Si es que se puedan explicar...
Le mando un abrazo.
Julián Pérez.